FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA
La filosofía
contemporánea es aquella filosofía que
se desarrolla en el período actual de la historia de la filosofía accidentas,
es decir, que corresponde a la edad
contemporánea ( siglos XIX, XX y
lo que va del XXI). Por extensión, se llama también con este nombre a la
filosofía producida por filósofos que aún están vivos. No debe ser confundida
con la
filosofía moderna que inició en el Renacimiento y culminó con el fin de la Ilustración (aunque algunos ubican su conclusión en el siglo XIX o
hasta entrado el siglo XX). La filosofía contemporánea supone una ruptura
conceptual con la filosofía moderna, derivada de la crisis de los valores y las
premisas del pensamiento ilustrado. El resultado fue un amplio abanico de
corrientes filosóficas, muchas de las cuáles nacieron en franco antagonismo
unas con otras y posteriormente fueron conjugadas en nuevas corrientes que
asimilaron dicho antagonismo o que trataron de conciliar diferencias.
CORRIENTES
FILOSÓFICAS
EL POSITIVISMO
El siglo XIX comenzó con la confrontación entre
los idealismos y los materialismos, pero no todas las corrientes filosóficas
del siglo pueden reducirse a esa lucha teórica. Una de las corrientes que se
situó al margen de la misma fue el positivismo de Auguste Comte., que pretendió
organizar la vida social mediante leyes científicas, observables y
cuantificables, y que tuvo una importancia decisiva en determinados ambientes.
En su aparición intervinieron tanto el hastío producido por la filosofía idealista,
como el desarrollo de los medios de producción con la aparición de los movimientos
proletarios y el arrollador triunfo de las ciencias. Para este autor, el
objetivo de la filosofía no era el de descubrir los límites del entendimiento,
ni el de tratar de encontrar un método que le ayudara al hombre a llegar a la
verdad. Tampoco le preocupaba establecer el estatuto de las ciencias experimentales,
ni buscaba comprender la historia para explicar su mundo. Lo que él pretendió con
su filosofía fue salvar a Francia y a Europa de la anarquía en que las había
sumido la Revolución francesa y reinstaurar el orden. Para conseguirlo propuso
la «reforma intelectual de la humanidad», que, en su opinión, pasaba
fundamentalmente por una doble realización que pretendió llevar a cabo y que en
conjunto recibe el nombre de filosofía positiva: La organización de las
ciencias existentes de manera que su conocimiento no llevara a la
especialización, sino a la construcción de una nueva ciencia, la sociología, que
estudiara los fenómenos sociales con el mismo grado de positividad con el que las
restantes ciencias estudian sus objetos. La creación de una nueva religión sin
Dios, la religión de la humanidad, para que es acreencia común uniera afectivamente
a los miembros de la sociedad, ya que, en caso contrario, la solidaridad entre
sus miembros sería imposible. Para los pensadores positivistas que siguieron a Comte.,
únicamente es fecundo el conocimiento de los hechos – no puede haber
conocimiento de naturalezas o esencias – y el prototipo de certeza lo
proporcionan las ciencias experimentales. El espíritu humano sólo evita el
verbalismo o el error si se mantiene en contacto continuo con la experiencia y renuncia
a todo a priori.
LOS ANTIINTELECTUALISMOS
Además, al finalizar el siglo, surgieron con fuerza en la filosofía
europea corrientes vitalistas e historicistas que situaron ante la reflexión filosófica
ante nuevos saberes, nuevas disciplinas y, sobre todo, nuevos problemas. Con el
nombre de historicismo se designa una amplia corriente de pensamiento quese
caracterizó por considerar que la historia era la categoría fundamental de la filosofía.
Para algunos pensadores, como, por ejemplo, Dilthey, la propiedad básica de la realidad
era su carácter histórico, mientras que para otros, Spengler y Toynbee sobre
todo, el conocimiento y comprensión de la historia eran las únicas categorías
que podían permitirla ser humano valorar el significado de cualquier hecho,
acontecimiento o situación. El nombre de vitalismo se reserva para caracterizar
a una serie de pensadores que consideraron la vida, en toda su compleja realidad,
como el centro de cualquier investigación filosófica. El vitalismo, sobre todo
el de Nietzsche, supuso un intento desvariar el rumbo de la tradición
filosófica occidental que había pretendido sistematizar y dotar de sentido al
conjunto de la experiencia humana desde el ángulo de la razón.
LA FENOMENOLOGÍA
En el campo estrictamente filosófico
apareció, en las primeras décadas del siglo XX, un poderoso movimiento teórico
que bajo el lema «hacia las cosas mismas», y con la exigencia de una objetividad
cuasi-idealista, propugnó una crítica radical a los excesos del irracionalismo
vitalista de finales de siglo. Este movimiento de carácter metodológico y
filosófico se denominó fenomenología, porque su punto de partida y de llegada
fue el análisis de los «fenómenos de conciencia», de los «objetos de la
intencionalidad consciente» que podían y debían ser analizados en su
transparente objetividad por el sujeto consciente. Este método, utilizado por
Edmund Husserl en sus mejores obras (entre 1900 y1913), fue posteriormente
aplicado de modo renovador al análisis de la existencia humana por todo el
existencialismo europeo (M. Heidegger, K. Jaspers y J. P. Sartre, entre otros
muchos)
LOS NUEVOS MARXISMOS
Mientras tanto, a partir de 1945, el
pensamiento marxista, instalado en el poder político desde la Revolución
soviética de 1917, comenzó a dar síntomas de revitalización y de autocrítica
gracias a distintos pensadores que trataban de aplicar las tesis marxistas a la
transformación auténtica de la sociedad, a la verdadera liberación de los seres
humanos («los peatones de la historia», «los humanos de carne y hueso»).Georg
Lukács, y sobre todo la denominada Escuela de Frankfurt (entre 1923 y1970), que
agrupaba a diversos pensadores como M. Horkheimer, T. Adorno, H. Marcusey J.
Habermas, fueron, y siguen siendo, la vanguardia de un neomarxismo que aún
mantiene viva la llama del materialismo histórico en el panorama filosófico
actual. El motivo fundamental por el que los autores de la Escuela de Frankfurt
se decidieron a revisar las principales tesis del materialismo histórico y
dialéctico fue la necesidad planteada en las sociedades capitalistas
norteamericana y europea de un nuevo bagaje conceptual con el que ejercer la
crítica de la ideología del neocapitalismo. La dialéctica de la nueva
Ilustración que abanderaron.
EL EXISTENCIALISMO
El estallido y las crueldades de la
Segunda Guerra Mundial, sobre todo la barbarie nazi y el lanzamiento de las
primeras bombas atómicas contra Japón, fueron un golpe tremendo para la
conciencia filosófica de Occidente. La utilización de armas nucleares, cuya
potencia destructiva era desconocida, alertó a muchos científicos y técnicos
sobre los peligros reales de autodestrucción de toda vida sobre la Tierra. Ello
obligó a dirigir de nuevo la mirada hacia la absoluta soledad de la existencia
de millones de seres humanos sin libertad y sin posibilidades de vida humana
digna. El existencialismo de posguerra, a través de la literatura (sobre todo,
de la novela y del teatro), y también del cine, elevó la categoría de «lo absurdo»
a concepto universal dela existencia. A. Camus, J. P. Sartre y E. Ionesco plasmaron
en sus obras el absurdo existencial y la angustia del europeo de su época.